Fue sorprendida la buena fe del papa emérito Benedicto recientemente, cuando un señor que pidió y obtuvo visitarle a título personal, le entregó un libro con mensajes, y una vez tomada la fotografía fue publicada en la web dedicada a los mensajes de la vidente conocida como Conchiglia. El Papa, visto de qué se trataba, remitió el libro a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Pero más allá de la anécdota la cuestión es qué crédito pueden tener esos mensajes. Una vez examinada alguna parte de ellos, nuestra opinión es que constituyen una masa con verdades y falsedades a la vez, por tanto que no son fiables. No decimos que es todo falso, pero que discernir lo falso de lo verdadero es algo que no debe hacerse por personas comunes por el peligro directo de daño al alma que representan.
Aunque pueda haber elaboración humana, entendemos que alguna inteligencia extrahumana sí ha intervenido en la elaboración de los mensajes, por la habilidad argumental que encierran, nada común desde luego. Pero sobre todo lo que más inclina a opinión negativa es la presentación del Señor y el Padre como seres airados; naturalmente que hay ira santa en las Escrituras, pero siempre envuelta en otras manifestaciones; aquí por el contrario se aprecia un odio de fondo al ser humano, genuinamente infernal.
Tampoco hay que descartar que haya una elaboración de textos con origen en servicios secretos, por el tipo de cuestiones que a veces se abordan; hay que tener en cuenta que los servicios de desinformación utilizan lo santo por su autoridad sobre las gentes que concen muy bien y procuran canalizar esto en servicio a los intereses de sus potencias. Pero, siempre en nuestra opinión, hay en los textos más allá que simple estrategia humana.
La ira es el pecado capital que se destila en muchas páginas web en los ataques internos contra la iglesia en estos últimos tiempos, internos porque vienen de gente de iglesia y que parecen recoger el genuino deseo y dolor por los daños inmensos causados a la túnica de Cristo provocados desde hace décadas. Incluso reconociendo esos daños, y la deriva que estamos siguiendo, arrastrados por lobos con piel de cordero, el fiel no puede asumir esta ira, porque le lleva a perdición, no debe caer en esa ira porque es ya tener fuego del infierno dentro de sí, bajo capa de justa oposición al mal orden de cosas. El tentador para la intraeclesia no sólo tienta con falsas doctrinas, sino también con la instauración del odio, eso sí, entreverado con certeros análisis que es al fin y al cabo la moneda a cambio de la inmersión la ira que en absoluto es el modo de sentir de los Corazones de Jesús y de María.
Casos de fuentes que conducen a esos frutos de ira: https://moimunanblog.wordpress.com y https://josephmaryam.wordpress.com
Pero más allá de la anécdota la cuestión es qué crédito pueden tener esos mensajes. Una vez examinada alguna parte de ellos, nuestra opinión es que constituyen una masa con verdades y falsedades a la vez, por tanto que no son fiables. No decimos que es todo falso, pero que discernir lo falso de lo verdadero es algo que no debe hacerse por personas comunes por el peligro directo de daño al alma que representan.
Aunque pueda haber elaboración humana, entendemos que alguna inteligencia extrahumana sí ha intervenido en la elaboración de los mensajes, por la habilidad argumental que encierran, nada común desde luego. Pero sobre todo lo que más inclina a opinión negativa es la presentación del Señor y el Padre como seres airados; naturalmente que hay ira santa en las Escrituras, pero siempre envuelta en otras manifestaciones; aquí por el contrario se aprecia un odio de fondo al ser humano, genuinamente infernal.
Tampoco hay que descartar que haya una elaboración de textos con origen en servicios secretos, por el tipo de cuestiones que a veces se abordan; hay que tener en cuenta que los servicios de desinformación utilizan lo santo por su autoridad sobre las gentes que concen muy bien y procuran canalizar esto en servicio a los intereses de sus potencias. Pero, siempre en nuestra opinión, hay en los textos más allá que simple estrategia humana.
La ira es el pecado capital que se destila en muchas páginas web en los ataques internos contra la iglesia en estos últimos tiempos, internos porque vienen de gente de iglesia y que parecen recoger el genuino deseo y dolor por los daños inmensos causados a la túnica de Cristo provocados desde hace décadas. Incluso reconociendo esos daños, y la deriva que estamos siguiendo, arrastrados por lobos con piel de cordero, el fiel no puede asumir esta ira, porque le lleva a perdición, no debe caer en esa ira porque es ya tener fuego del infierno dentro de sí, bajo capa de justa oposición al mal orden de cosas. El tentador para la intraeclesia no sólo tienta con falsas doctrinas, sino también con la instauración del odio, eso sí, entreverado con certeros análisis que es al fin y al cabo la moneda a cambio de la inmersión la ira que en absoluto es el modo de sentir de los Corazones de Jesús y de María.
Casos de fuentes que conducen a esos frutos de ira: https://moimunanblog.wordpress.com y https://josephmaryam.wordpress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario