- La Virgen:
había una vez una madre que tenía varios hijos a los que amaba con todas las
fuerzas de su ser. De todos ellos uno la amo, la correspondió, la comprendió y
con ella vivió; y digo vivió porque ya murió, aunque esté vivo aún, pero
sigamos el relato:
Esta madre sufría, lloraba y contaba al hijo que la amó todo lo que los demás
hijos hacían, porque ellos sin darse cuenta hacían daño a los demás que eran
sus hermanos.
Se hacían daño a sí mismos y la hacían daño a ella, porque si hacían daño a
sus hermanos y se hacían daño a sí mismos, ella como madre sufría porque le dañaba a ella.
- ¿Y qué
pasó?
La Virgen sonríe.
-Pues un día el hijo dice: voy a darles un escarmiento...
La madre le dijo temerosa:
- ¡Hijo!
-No temas será algo suave, para que piensen. No te asustes de este modo.
El
hijo, que es el rey de una gran ciudad muy grande dice a sus obreros: id y
darles este aviso, convertíos y amaos.
Así lo hacen los obreros, mas cuando se lo dicen a los demás no les hacen caso, así
que deciden comunicárselo a los hombres a través de sueños o visiones.
No todos los empleados para comunicar a los hombres lo hacen; pasado un tiempo
los obreros vuelven a la presencia de su Señor y puestos ante él en actitud de
respeto y adoración le dicen:
-Señor, nosotros fuimos, intentamos hacerlo nosotros mismos, pero no nos veían, ni
oían, por lo que les empleamos a ellos mismos para que se lo comunicaran unos a
otros.
Jesús: ¿Cómo lo hicisteis?
Angel: Cuando dormían a través de sueños.
Jesús: ¿Por
qué?
Angel: Porque cuando duermen están tranquilos y podemos acercarnos a ellos, ya
que cuando están despiertos no ven ni oyen nada que no sea humano.
A través de visiones fugaces, porque eran pocos los momentos que se relajan, y así los que podíamos comunicarnos con ellos, así como la encomienda
era sencilla, lo hicimos.
Jesús: ¿A
cuántos?
- A muchos, dicen ellos contentos mirándose unos a otros.
Manda llamar a su madre y El sentado en su trono y ella de pie ante él le dice:
- Madre, queda tranquila los obreros han ido hasta tus hijos y les han dejado
mi mensaje.
María: Gracias hijo
El hijo pasado un tiempo recibe la visita de su madre muy triste, él al verla así
baja de su trono con amor, rodea los hombros de su madre y la dice afligido:
Jesús: Madre, ¿qué sucede?
María: Que los hombres, tus hermanos, no se aman.
Jesús: Pero madre si ya fueron los obreros y ya les oíste, venían muy
contentos, han dado el mensaje a muchos.
María: Ya lo sé hijo, ya lo sé, pero es que los que lo han recibido piensan que
son sueños y no le dan más importancia.
Jesús: Está bien, tranquilízate, mandaré de nuevo a mis obreros para que
vuelvan hasta ellos.
Así lo hace y los obreros comprueban con tristeza que lo que les había dicho la
madre de su señor es cierto, por lo que deciden, sin dejar de comunicarse a través
de los sueños, alargar las visiones y de este modo dejar más claros los
mensajes, después de lo que vuelven al lado de su Señor.
Angel: Señor, hemos cumplido la misión que nos encomendaste y sin cortar los
mensajes a través de los sueños hemos escogido más instrumentos para
comunicarles el mensaje.
Jesús: ¿Cómo
es eso?
Angel: Es que hay bastantes más que oran también, hemos alargado la visión y es
más perfecta para que no haya lugar a equivocaciones.
Jesús: Esta bien llamad a mi Madre.
Así lo hacen y ante su presencia le comunica lo que habían dicho a su señor.
Esta vez los obreros no están tan alegres como la vez anterior. La madre
suspira
pasado un tiempo vuelve ante la presencia de su hijo esta vez llorosa y
afligida, el hijo baja corriendo las escaleras y angustiado le pregunta:
Jesús: Madre, ¿qué tienes?
-Ay hijo, tus hermanos no sólo no se aman ni se respetan, ¡se matan hijo!, se
matan unos a otros.
Jesús: Pero, ¿por qué madre?, si tienen todo.
María: Lo se hijo, lo sé, pero ellos no lo ven así, piensan que otros tienen más
poder que ellos y les arrebatan a los otros lo que tienen y dicen que es de
ellos. Para eso hacen morir a los que deben respeto y obediencia por lo que ellos quieren.
Jesús: Pero madre, ¡eso que me dices es terrible!,
porque sólo uno es el dueño de sus vidas e igual que se las dio se las puede
quitar.
-Así es hijo, así es. ¿Comprendes ahora mi angustia?
Jesús: Sí
madre, sí, pero no te aflijas, mira, iremos los dos ante el Padre de todos y le
imploraremos.
María: Sí hijo, sí.
Y los dos juntos y abrazados piden permiso para ir a la presencia del Padre de
todos. La respuesta es afirmativa. Ante su soberana presencia los dos juntos,
madre e hijo, no saben cómo empezar a hablar. El los mira en silencio. A los
lados del trono hay varios ancianos sentados.
Es parecido a lo que sale en las películas de romanos, cuando había reunión del
senado. Pero aquí Jesús y María abrazados ante quien en una película sería el
césar y aquí se trataba de alguien que era más que el césar. Todo está lleno de
luz.
Madre e hijo no saben cómo empezar. Una voz potente que suena como un eco dice:
-¡Hablad! ¡Estáis ante el creador de cielos y tierra!¡ el veraz! !El que fue,
es y será!
-Los dos,
angustiados, se abrazan más fuertemente y cierran los ojos pues la voz es
acompañada de un viento fuerte.
Al fin la madre dándose cuenta de que su hijo va a sufrir, ya que el Padre de
todos le había puesto a él para que cuidase de sus hermanos, comienza a hablar.
-¡Padre mío y Dios mío!
Se separa de su hijo, se adelanta y sigue hablando:
-Sé que eres el señor de todo, y también mío
- ¿Qué tienes mujer?-dice la voz, ¿Porque tiemblas?
- Temo tu ira, Señor.
- ¿Acaso no sabes que soy justo?
- Sí mi Señor, por eso mismo tiemblo, porque sé que eres justo y sé que tu
justicia caerá sobre un inocente, señor, yo te imploro!
-Mi hijo, Señor! !Es mi hijo!
El hijo baja la cabeza, de pie en medio de la estancia. La madre llorosa se
hecha en tierra ante los pies de su Señor.
-¡Ten compasión señor, el no hizo nada! ¡El no hizo daño a nadie!; él es
inocente! ¡Fueron los hombres, mis otros hijos, Señor!¡Es culpa mía Señor! ¡Yo
soy su madre, castígame a mi Señor! ¡Castígame a mi, pero déjale a él, Señor,
no le hagas sufrir, yo soy culpable señor! !Solo yo!
El hijo escuchaba en silencio las suplicas de su madre, por sus mejillas
corrían lagrimas abundantes, tanto que en el suelo el agua de aquellas lagrimas
corre formando riachuelos.
La madre se acerca al padre llorando desgarradamente, mientras el padre
permanece en silencio mirando al hijo.
-¡Señor, ten compasión de mí; soy su madre Señor, soy su madre! !Castígame a mí
Señor, castígame a mi!
El padre mueve por primera vez los labios y dice al hijo con voz suave y dulce:
- ¿Que dices tú, hijo?, ¿la castigamos a ella?
El hijo cae de rodillas llorando, los puños los tenía cerrados, al caer abre
las manos apoyándose en ellas, por un lado está el castigo que él sabía que no
merecía por la maldad de los hombres. Por otro lado, la angustia terrible del
amor de su madre que sabe que es tan inocente como él.
La madre sin mirar, sabe la lucha interna de su hijo y sigue suplicando:
¡Castígame a mí, señor, castígame a mí!¡A él no, señor, a él no!
El padre vuelve a preguntar con la misma dulzura y amor:
-¿Tú qué dices, hijo, la castigamos a ella?
El hijo pone la frente en el suelo; el agua de sus lágrimas ha formado charcos. Su llanto es desgarrador.
Solo se oye el llanto del hijo y las súplicas de la madre, que tiene entre sus manos el vestido del padre, quien no la mira.
Ella, ante él, lo miraba, a la vez que suplicaba. De pronto, su instinto de madre le advierte que su hijo está a punto de ceder. Se levanta, corre a su encuentro, coge su cara entre sus manos y le dice:
- ¡Hijo, no, no, hijo, no! Déjame a mí que sufra por ti, hijo; ¡por favor, déjame a mí!
Su hijo la mira entre sus lágrimas; la ve borrosa, cierra sus ojos y vuelve a poner la frente en el suelo.
La madre corre de nuevo a los pies del Padre.
- ¡No le escuches!
El se levanta y se dirige a los ancianos con los brazos abiertos, sus manos
extendidas:
-¡No podéis condenarle, no podéis! !Es inocente!
Los ancianos bajan la cabeza.
El Angel se acerca a los soldados coge la lanza de uno de ellos, cuyo pelo es
rizoso y le dice María:
- ¡Mátame a mi, mátame a mi, pero defiende a mi hijo!¡Defiendele es tu Señor!¡Tienes
que defenderle, tienes que ayudarle!
El soldado siente que sus ojos que se llenan de lágrimas, pues él ama al hijo
de su señor, pero no puede hacer nada, baja la cabeza. Es el capitán del ejército.
La madre mira a su alrededor, pero se da cuenta de que esta sola con su hijo y
su dolor.
El padre pregunta de nuevo:
- ¿Tú que dices hijo?
El en el suelo empapado en sus propias lagrimas mueve la cabeza afirmativamente.
La madre grita. Corre al lado de su hijo, le levanta la cabeza, los dos se
miran de los labios de su hijo oye estas palabras.
- ¡Noooo!
Jesús: Madre, te quiero.
Y mirando a su padre, que en silencio está llorando dice:
- ¡Que no se haga mi voluntad sino la tuya!
El padre cierra los ojos y de ellos sale un manantial de agua cristalina y limpia.
Cuando los abre ve al
hijo y a la madre abrazados amorosamente, ella apoya su cabeza en el pecho del
hijo y ella besa en la cabeza en su pelo.
Ya no lloran, ni hablan, no dicen nada, solo caminan, en el silencio solo se
oye el ruido de sus pasos silenciosos y suaves, de este modo salen de la estancia
y de la presencia del padre de todos.
Una puerta se cierra tras ellos.
Del otro lado lágrimas, de éste resignación y paz
Del otro lado, dolor y amor, de este lado, vida y luz.
De este lado camino y vida; del otro lado, vida eterna, de
este lado el camino para ella, pasión y muerte.
EXPLICACION
-Envía a sus ángeles por dos veces, la primera él está sentado en el trono y tú, Madre ante El, la segunda, El baja y te coge por los hombros, la tercera, baja corriendo
a tu encuentro ¿a qué tiempo o situación humana se refiere?
La Virgen:
- El Padre está sentado en su trono. El hijo vivió conmigo. El Espíritu santo
vivió en mí.
- Los ángeles dicen que ellos mismos han querido comunicarse con los hombres y
no han podido, y les dejan el mensaje, a través de sueños o visiones fugaces
primero, y la segunda vez mas duraderos. ¿a qué tiempo o situación humana te
refieres?
-Ya tienes la respuesta.
- Jesús está de pie y conforme el Padre le va preguntando él va cayendo hasta
pegar con la frente en el suelo.
-En el huerto sufrió la pasión y cayó ante el peso de la maldad de los hombres
sobre un justo. La voz del padre tres veces fueron los tres clavos que
significan estos tres pecados: el demonio, el mundo, la carne. El que más le
dolió fue el último, porque él sabía que el dolor que debía pasar en su propia
carne era humano.
El era puro y debería cargar sobre el los pecados de la humanidad.
- ¿Por qué tú angustia?
-Porque sabía que no podía hacer nada para impedirlo, aunque como madre lo
intenté.
- ¿Es que acaso él no sabía desde antes de nacer que ésa era su misión?
-Ya tienes la respuesta.
-Si es así ¿Por qué dudó?
-No dudó, solo sufrió.
- ¿Por qué pedías clemencia para él?
-Porque es mi Hijo y si me duelen mis hijos y cuando sufren yo sufro con ellos
¿cómo no me iba a doler su dolor? Y si por mis otros hijos pido ¿cómo no voy a
suplicar por este que es mi Dios y mi amor?
- ¿Por qué San Miguel no podía hacer nada por salvar a Jesús de ese sufrimiento?
-Porque se
tenían que cumplir las escrituras.
- ¿Qué significan esos tres tiempos distintos en los que tu intervienes?
-En el antiguo testamento se habló de Mí. En el nuevo testamento viví y morí (*)(se entiende que quedó como muerta) . Actualmente
vivo y viviré.
-También dices murió, aunque esté vivo.
- Cristo existe en todos los sagrarios del mundo.
-La amó dices ¿es qué acaso no la ama?
- No dudes nunca de eso.
- ¿Porque dices sin darse cuenta ellos hacían daño a los demás?
-Absorbidos por el deseo de posesión y su ambición no se dan cuenta del daño que se hacen así mismos y a los demás.
- ¿A qué se refiere Jesús cuando habla de un escarmiento?
-Es un
aviso.
- ¿A qué época humana se refiere?
-Solo Dios lo sabe.
- ¿Por qué temes tu?
-Temo por esos hijos que no saben lo que hacen al apartarse de el.
- Dices
que no todos los empleados para comunicar a los hombres el mensaje lo hacen. ¿a
qué te refieres o a quienes?
-En el tiempo antiguo y en el actual hay muchos más instrumentos que los que se
conocen o se conocieron.
- ¿Por qué dices pasado un tiempo, que vuelven a la presencia de Jesús?
- Los ángeles están en la presencia del padre, no así en la del Hijo hasta que éste tomó carne y se hizo hombre entre los hombres. Los apóstoles dijeron: maestro hay un hombre que expulsa demonios en tu nombre y no es de los nuestros. Y el les dice: dejarle, el que está conmigo no está contra mí.
-Le dicen
a Jesús: maestro, mi hijo tiene un demonio tus discípulos no pueden hacer nada
- El les dice: si tuvierais fe como un grano de mostaza diríais a esa montaña
que cambie de sitio y lo haría. Esto solo se vence con la oración y la penitencia.
- Pasado un tiempo todos menos uno llegaron ante el maestro y le dijeron :
nosotros mismos intentamos evangelizar comunicando a los hombres tu mensaje,
pero no todos lo escucharon aunque hemos dejado tu palabra y nuestro ejemplo a
los demás para que se lo comuniquen unos a otros.
- ¿Porque dicen los ángeles que cuando el hombre duerme esta más relajado y se
pueden acercar a él y la segunda vez dicen que hay bastantes más que oran.
-Cuando el hombre duerme la maldad descansa y el espíritu puede atender la
presencia o la llamada de su señor desde que la humanidad conoció el rezo del
rosario novenas y tras oraciones.
- ¿A qué tiempo o situación humana se refiere?
-La respuesta es antes del culto y después del culto a la madre de Dios.
- La primera vez están contentos la segunda no. ¿Por qué?
- La primera vez es el antiguo testamento en el cual el hombre aceptaba la
presencia y la palabra de su Señor casi siempre a través de humo, fuego y otras
señales visibles al ojo humano pero también hubo hombres justos que escucharon
la palabra y la comunicaron a los demás poniéndola ellos en práctica y
convenciendo a los demás no solo con sus palabras sino también con su ejemplo,
si lees el antiguo testamento verás que se habla varías veces de los ángeles
del Señor.
... En el nuevo testamento los ángeles están más serios porque es la palabra
hecha carne que esta entre los hombres y no la ven.
- ¿Que
pasó?
-Los hombres de entonces y los hombres de ahora están tan absorbidos por las
cosas del mundo que no tienen tiempo para las cosas de Dios.
- ¿Es que los ángeles pueden estar más contentos unas veces que otras?
- Los ángeles
se alegran cuando se salva un alma. Los ángeles se entristecen cuando se
condena un alma.
-Dios pone una misión a cada uno de los ángeles custodios, ellos luchan
constantemente para defender ese alma, pero si el hombre no atiende sus avisos
y se condena el ángel se siente triste y apenado se presenta ante su Señor.
- ¿Por qué Jesús se aflige al ver tu pena?
-Mi Santísimo hijo se aflige siempre al ver mi pena.
¿A qué te
refieres cuando dices que los hombres no dan importancia a los sueños?
-Fue, es y sera, dicen: los sueños sueños son.
-¿Cómo es que tiene que mandar dos veces a los ángeles?
-Hay dos épocas Antiguo testamento y Nuevo testamento.
- ¿Por qué
se apenaron?
-Les apena ver a las almas que Dios creo con amor como ellas mismas se condenan.
- ¿Es que ellos no saben las cosas de antemano?
-Ellos solo saben lo que Dios les permite ya que de no ser así serían tanto
como Dios.
- ¿Es qué dudaron?
-Un ángel nunca duda, solo es un enviado de Dios para cumplir el encargo que su
Señor quiera encomendarle.
-A qué
época o situación humanas te refieres cuando dicen los ángeles alargar las visiones
para de este modo dejar más claros los mensajes.
-Ya tienes la respuesta.
- ¿Por qué cuando le hablas a Jesús de guerras se asombra?
-Se asombra ante la maldad y la ingratitud en el hombre.
- ¿Por qué
dice que es terrible?
- Es terrible porque el hombre con su maldad se labra su perdición eterna.
- ¿A qué situación o tiempo te refieres?
- Actual y venidero. Sera terrible, los acontecimientos se irán desarrollando y
en un momento que sólo Dios sabe se precipitarán y yo no podré hacer ya nada
por mis hijos porque se habrán alejado de Mí y sólo serán hijos del pecado.
- ¿Por qué dice Jesús ir los dos a implorar a Dios padre?
- Mi Santísimo Hijo y yo estamos implorando siempre su clemencia para con la humanidad.
- ¿A qué tiempo o situación humana te refieres?
-Si Dios
no atendiera nuestras suplicas hace tiempo que no existiría la humanidad
- ¿Por qué estáis abrazados?
- Humanamente estaba solo. Espiritualmente los dos pasamos ya la pasión en el
huerto y después le acompañé en su dolor. Humanamente con el morí, con el sufrí,
con el lloré, con el padecí, pues aunque yo humanamente vivía, mi corazón había
dejado de latir con la última mirada de mi Santísimo hijo, con ella se despedía
de mí. Pero la vida volvió a mí cuando mi Dios y mi amor vino a mí.
- ¿Teníais miedo?
- Sí.
- ¿Por qué?
- La humanidad no sabe lo que le espera si no cambia.
- ¿A qué?
- A que Dios descargue su ira y su justicia
- ¿A qué tiempo o situación humana te refieres?
-A los últimos tiempos.
- ¿Por qué teneis que pedir permiso para ver al padre?
-Nadie va al padre directamente
- ¿Es que no le veíais?
-Sí. Antes de nacer a la vida humana ya existíamos en la mente de Dios.
- ¿No estábais en su presencia siempre?
-Así es en cuanto espíritu no en materia.
- Madre, en los ojos de Dios a veces, como ahora cuando los miro, veo un mar inmenso de agua limpia transparente y un cielo precioso.
-Es el agua de la vida, todos tenéis que ser purificados y bañados en esa agua.
- ¿Por qué?
- ¿Recuerdas sus lágrimas?
- Sí.
- Pues ese agua que broto de sus ojos divinos es el agua de la vida, mi Santísimo hijo es el camino para llegar a El.
-Soy muy torpe madre, no entiendo cómo Dios puede llorar.
- ¿Acaso crees que El no siente?
-No es eso, es que El está en el cielo.
-Y también en la tierra y más desde el momento en que el Hijo se hizo hombre.
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