La obra El Hombre-Dios de María Valtorta no es una revelación nueva ni un añadido a los Evangelios, sino una confirmación vívida y espiritual de los mismos. Según la propia autora, estas visiones y dictados no sustituyen la Sagrada Escritura, sino que ayudan a profundizar en su comprensión y a amar más a Cristo. No se trata de literatura ni de novela piadosa, sino de una experiencia mística vivida que presenta con detalle la vida pública de Jesús, siempre en coherencia con los Evangelios.
Es cierto que esta obra fue la última en ser incluida en el Índice de Libros Prohibidos, en 1959. Sin embargo, no fue por errores doctrinales ni por herejía, sino por razones disciplinarias y de procedimiento canónico: algunos sacerdotes cercanos a ella —que tuvieron acceso a los manuscritos originales— decidieron publicarlos por iniciativa propia, apoyándose en una aprobación verbal que recibieron directamente del Papa Pío XII en una audiencia privada en 1948. Aunque dicha aprobación fue positiva (el Papa dijo: “Publicad esta obra tal como está”), no se siguió el canal reglamentario del Santo Oficio, que requería un proceso formal antes de permitir la publicación de obras de carácter místico. Esta omisión fue la causa de su inclusión en el Índice.
Es importante aclarar que el mismo Señor, según se relata en los dictados recibidos por María Valtorta, no permitía su publicación en ese momento.
Posteriormente, en 1966, el Índice de Libros Prohibidos fue abolido por Pablo VI, lo que eliminó su efecto canónico. Desde entonces, muchos teólogos, sacerdotes y fieles —respetando siempre la primacía del Evangelio y el Magisterio— han valorado esta obra como una ayuda profunda para la meditación, conversión y conocimiento de Jesús.
Ha llegado hasta hoy una estigmatización de la Obra, a causa de aquella inclusión en el Indice, para personas sin información suficiente.
· Nazaret – Jesús se despide de su Madre María y sale de Nazaret para iniciar su ministerio público. De acuerdo con los Evangelios, “Jesús vino de Galilea al Jordán” para ser bautizado por Juan Bautista (nazaretano de origen, Jesús deja su hogar para cumplir la voluntad del Padre). (Véase Mateo 3:13; Marcos 1:9).
· Betania del Jordán (río Jordán) – Jesús llega a la región donde Juan el Bautista predica el arrepentimiento. Allí es bautizado en el río Jordán por Juan. Según el relato evangélico, al salir del agua se manifiesta la voz de Dios Padre y el Espíritu Santo en forma de paloma, proclamando a Jesús como Hijo amado (Mt 3:16-17; Jn 1:32-34). Al día siguiente, Juan Bautista señala a Jesús ante sus discípulos diciendo: «He ahí el Cordero de Dios» (Jn 1:36). Dos discípulos de Juan –en la obra identificados como Juan y Santiago Zebedeo– siguen a Jesús y pasan el día con Él. Andrés, discípulo de Juan, conoce a Jesús y rápidamente busca a su hermano Simón para presentárselo: “Hemos hallado al Mesías” – dice Andrés – y lleva a Pedro ante Jesús. (Evangelios canónicos: Juan 1:35-42 relata cómo Andrés y otro discípulo siguen a Jesús, y Andrés presenta a Simón Pedro.)
· Camino a Galilea (discípulos Felipe y Natanael) – Al tercer día desde el encuentro en el Jordán, Jesús sale hacia Galilea con sus nuevos seguidores. En el camino llama a Felipe diciéndole “Sígueme”, y Felipe a su vez trae a Natanael (también llamado Bartolomé) para que conozca al Maestro. Natanael reconoce a Jesús como “Hijo de Dios” y “Rey de Israel” (Jn 1:49). De este modo, Jesús forma un pequeño grupo de discípulos galileos mientras se dirige al norte. (Evangelio: Juan 1:43-51 narra la vocación de Felipe y Natanael, camino a Galilea.)
· Caná de Galilea – Jesús y sus primeros discípulos (Juan, Santiago, Andrés, Pedro, Felipe, Natanael) asisten a unas bodas en Caná, invitación llevada por su primo Judas Tadeo por encargo de María (según Valtorta). Durante la fiesta ocurre el primer milagro público de Jesús: ante la falta de vino, María intercede y Jesús convierte agua en vino, llenando seis tinajas con vino excelente. Este “signo” milagroso manifiesta por primera vez la gloria de Jesús a sus discípulos. (Pasaje paralelo: Juan 2:1-11, las Bodas de Caná.) Tras este milagro, los discípulos crecen en fe en Él.
· Cafarnaúm (primera estancia breve) – Después de la boda, Jesús baja con su madre, sus “hermanos” (familiares) y discípulos a Cafarnaúm, ciudad a orillas del Lago de Galilea, y se quedan allí por unos pocos días (Jn 2:12). En El Hombre-Dios se menciona esta visita breve sin eventos destacados, preludio de que Cafarnaúm será base de su misión. (Mateo confirma que Jesús más adelante “dejó Nazaret y se estableció en Cafarnaúm” para iniciar su ministerio público, cumpliendo la profecía de Isaías). Cafarnaúm, ciudad de pescadores donde viven Pedro y Andrés, se convertirá en centro de las actividades de Jesús en Galilea.
· Jerusalén (Pascua de los Judíos) – Al llegar la primavera, Jesús realiza su primera Pascua como predicador. Sube a Jerusalén con sus discípulos para la fiesta de Pascua (Pesaj), cumpliendo la Ley mosaica. Según la obra, en el Templo de Jerusalén Jesús se indigna al ver el comercio y, azote en mano, expulsa a los vendedores y cambistas del recinto sagrado: «¡No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado!» (cf. Jn 2:16). Este episodio –la “purificación del Templo”– está recogido en el Evangelio de Juan (y de forma similar al final de los sinópticos). Durante esa Pascua, Jesús realiza milagros en Jerusalén y muchos creen en Él, aunque las autoridades del Templo empiezan a hostigarlo. (Fiesta celebrada: Pésaj / Pascua; Evangelio paralelo: Juan 2:13-17 sobre Jesús expulsando a los mercaderes.)
· Encuentro con Nicodemo (Jerusalén) – En este periodo pascual, El Hombre-Dios sitúa también la visita nocturna de Nicodemo. Nicodemo, fariseo miembro del Sanedrín, va de noche a dialogar con Jesús reconociéndolo como “Maestro venido de parte de Dios”. Jesús le revela la necesidad de “nacer de nuevo” del Espíritu para entrar en el Reino de Dios (Jn 3:1-21). (Evangelio: Juan 3:1-3). (En la obra de Valtorta este coloquio ocurre más adelante en el año, pero corresponde al mismo personaje y mensaje de Juan 3).
· Judea rural (ministerio y discípulos) – Tras la Pascua, Jesús permanece unos meses evangelizando en zonas rurales de Judea (Juan 3:22). Bautiza discípulos por medio de sus apóstoles, cercano aún al ámbito de Juan el Bautista. Valtorta detalla un recorrido por poblaciones de Judea no descrito en los Evangelios:
Ainón y el valle del Jordán – Jesús se une a sus discípulos en las tareas de bautismo cerca del Jordán, mientras Juan el Bautista aún predica en la región de Enón/Salim (Jn 3:23). El Hombre-Dios muestra a Jesús compartiendo con pastores y conversos en los vados del Jordán. (Aquí se menciona que Juan el Bautista es arrestado por Herodes Antipas, noticia que marcará un giro: cf. Mt 4:12). Ante el encarcelamiento de Juan, algunos seguidores conciben un plan para liberarlo, el cual Jesús no aprueba – episodio novelado que no tiene paralelo en los Evangelios –.
Belén – Jesús aprovecha su estadía en Judea para visitar Belén, el pueblo de su nacimiento. Según Valtorta, allí visita la gruta de la Natividad y recuerda su infancia humilde. Encuentra a los pastores que le adoraron de recién nacido (llamados Elías, Levi, etc. en la obra) y les conforta en la fe. (Los Evangelios no relatan una visita de Jesús adulto a Belén; esto pertenece a la narración de Valtorta.)
Juttá y Hebrón – Continuando por la región montañosa de Judea, Jesús pasa por Juttá (tradicional localidad de pastores) y llega a Hebrón, ciudad sacerdotal donde vivieron Zacarías e Isabel (padres de Juan el Bautista). Valtorta describe a Jesús hospedándose en casa de antiguos conocidos de la familia de Juan. Allí conoce a Áglae, una mujer pagana convertida (ex-prostituta arrepentida en la obra), cuya conversión y entrega de sus joyas a Jesús es un episodio emotivo propio de la obra (no presente en los Evangelios).
Keriot – Jesús visita Keriot (al sur de Judea), pueblo natal de Judas Iscariote. Llega a casa de la familia de Judas, justo cuando muere el anciano Saúl (presentado como padre de Judas en la obra). Judas Iscariote, tras este hecho, decide dejar todo y seguir a Jesús como discípulo. (Los evangelios solo dicen que Judas era de Keriot, pero no narran cómo se unió a Jesús; Valtorta aquí integra a Judas al grupo apostólico en Judea.)
Jericó y valle del Jordán – Tras aquel circuito por el sur de Judea, Jesús emprende camino de regreso al norte. Pasa de nuevo por la ruta del Jordán, predicando en poblados del valle. Llega a Jericó, donde se hospeda brevemente. En Jericó, la obra muestra a Judas Iscariote revelando un acto deshonesto: había vendido las joyas donadas por Áglae, lo que provoca el dolor de Jesús y es usado como lección sobre la avaricia y traición. (Este incidente sin equivalente en los Evangelios.)
Betania de Judea – De regreso hacia Jerusalén, Jesús visita por primera vez Betania, aldea a 3 km de la capital. Allí conoce y entabla amistad con Lázaro y sus hermanas Marta y María (futuros discípulos íntimos). El Hombre-Dios describe un encuentro con Lázaro de Betania donde nace una gran amistad. (Evangelios: la familia de Betania aparece más adelante, Lc 10:38-42 y Jn 11; Valtorta anticipa esta relación al primer año.)
Jerusalén (posible fiesta de Pentecostés) – Entre Pascua y Tabernáculos, los judíos celebran Pentecostés (Shavuot, fiesta de las Semanas, 50 días después de Pascua). En la obra se alude a Pentecostés en una conversación: «Pentecostés. Si estás en el Templo, me verás…» – lo que indica que Jesús probablemente estuvo en Jerusalén también durante Pentecostés con sus discípulos, continuando su predicación. (Los Evangelios no narran explícitamente esta visita, pero Juan 5:1 menciona una “fiesta de los judíos” en Jerusalén que algunos identifican con Pentecostés o Purim.) Durante este tiempo en la capital, Jesús pudo enseñar en el Templo y realizar alguna sanación sabática que provocó controversia (la obra relata la curación de un niño atropellado en Jerusalén y la consiguiente reprimenda de los sacerdotes a Jesús, evento análogo a la curación del paralítico de Betesda en Juan 5).
Salida de Judea – Crece la oposición de las autoridades en Jerusalén. Tras varios meses en Judea, Jesús decide abandonar Judea y volver a Galilea definitivamente. Esto coincide con el marco bíblico: “Cuando Jesús oyó que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea” (Mt 4:12; Mc 1:14). Jesús deja Jerusalén antes de la siguiente Pascua, evitando así un conflicto prematuro: «Los grandes de Jerusalén ya te odian…» – se menciona en la obra. Jesús parte con sus discípulos rumbo al norte.
· Paso por Samaria – (Cabe notar que los Evangelios de Juan relatan en este punto el célebre encuentro con la Samaritana en Sicar, Samaria, cuando Jesús regresaba a Galilea – Jn 4:4-42. Sin embargo, en El Hombre-Dios no se narra este episodio durante el primer año. Valtorta ubica la conversión de la Samaritana en otro momento posterior. Por tanto, el recorrido valentortiano del primer año omite la parada en Sicar).
· Llanura de Esdrelón (Samaria/Galilea) – Jesús y los Doce atraviesan la región fronteriza entre Samaria y Galilea. La obra sitúa a Jesús en la llanura de Esdrelón, probablemente cerca de En-Dor o Meguido, donde visita a un pastor llamado Jonás. Tras evangelizar allí, Jesús se despide de Jonás (quien más tarde sufrirá martirio en la obra). (No hay paralelo directo en los Evangelios; corresponde al viaje de regreso a Galilea que en Juan 4:43-45 se menciona en general.)
· Retorno a Nazaret – A finales del verano, Jesús vuelve a Nazaret acompañado de un grupo más amplio de discípulos (los seis primeros, más otros como Tomás, Judas Tadeo, Simón Zelote, etc., que se habían incorporado durante el año). En Nazaret se encuentra con su madre María y con su familia. Valtorta describe enseñanzas privadas de Jesús a sus discípulos en las afueras de Nazaret (parábolas y lecciones sobre el Reino dadas en un olivar, en el huerto de su casa, etc.). Sin embargo, la acogida pública en Nazaret es hostil: cuando Jesús enseña en la sinagoga de Nazaret y se proclama cumplidor de la profecía de Isaías, sus paisanos se escandalizan. El Hombre-Dios narra detalladamente la reacción violenta de los nazarenos, que intentan arrojar a Jesús por un precipicio, mientras María observa con dolor. Jesús, sereno, se libra milagrosamente de sus agresores y sale de Nazaret. (Este episodio corresponde fielmente a Lucas 4:16-30, la expulsión de Nazaret. Valtorta lo ubica al final de este periodo en Nazaret.) Jesús consuela a su Madre y declara que “ningún profeta es bien recibido en su tierra”. Tras este rechazo, Jesús abandona Nazaret definitivamente para establecer su misión en Cafarnaúm.
· Cafarnaúm (establecimiento de la misión) – Jesús fija su residencia en Cafarnaúm, casa de Simón Pedro, haciendo de esta ciudad su base de operaciones en Galilea. Inicia así una intensa misión en la provincia de Galilea, cumpliendo la profecía: “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz” (Mt 4:16) al predicar Jesús en esa región. A lo largo de los meses siguientes (hacia el final del primer año y más allá), Jesús recorre pueblos de Galilea con los Doce, pero en El Hombre-Dios varios eventos importantes ocurren en Cafarnaúm mismo durante este primer año:
o Enseñanza y exorcismo en la sinagoga – Un sábado en Cafarnaúm, Jesús enseña en la sinagoga con autoridad. Un hombre poseído por un espíritu inmundo grita contra Él, y Jesús lo expulsa liberándolo. La gente queda asombrada: «¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda a los espíritus impuros y le obedecen?». Este exorcismo en la sinagoga de Cafarnaúm marca el comienzo del ministerio milagroso público. (Pasajes paralelos: Marcos 1:23-28, Lucas 4:33-37 narran esta curación del endemoniado en la sinagoga de Cafarnaúm, uno de los primeros milagros de Jesús.) La fama de Jesús comienza a extenderse “por toda Galilea” (Mc 1:28).
o Milagros en casa de Simón Pedro – Al salir de la sinagoga, Jesús va a la casa de Simón Pedro. Allí encuentra enferma a la suegra de Pedro, postrada con fiebre; Jesús la toca y la sana, levantándola inmediatamente. Al atardecer de ese mismo día, la casa de Pedro se llena de enfermos y endemoniados que la gente lleva a Jesús, y Él sana a muchos imponiendo las manos y expulsando demonios. (Evangelios: Marcos 1:29-34, Mateo 8:14-16 relatan la curación de la suegra de Pedro y muchos otros en Cafarnaúm.)
o Oración y gira por Galilea – De madrugada, Jesús se retira a un lugar desierto a orar. Simón y los demás lo buscan con urgencia, pero Jesús les dice que deben ir a predicar a otras aldeas: “Para eso he salido” (Mc 1:35-39). Inicia así una predicación itinerante por las sinagogas de Galilea. (Marcos 1:35-39) Valtorta muestra a los discípulos uniéndose más estrechamente a Jesús en estas jornadas misioneras.
o Curación de un leproso – En una aldea de Galilea, se acerca a Jesús un leproso suplicando: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. Jesús, movido a compasión, lo toca (algo impensable por la Ley) y declara: “Quiero, queda limpio.” Al instante la lepra desaparece. Jesús le pide guardar silencio y presentarse al sacerdote (como manda la Ley de Moisés). Este milagro se difunde rápidamente, y aun creciendo la popularidad de Jesús, Él se retira a lugares solitarios para orar. (Relatado en Marcos 1:40-45; Mateo 8:2-4; Lucas 5:12-16.)
o Paralítico de Cafarnaúm – De regreso en Cafarnaúm días después, Jesús está enseñando en una casa repleta de gente (según la obra, nuevamente la casa de Pedro). Cuatro hombres traen a un paralítico en una camilla, pero no pudiendo entrar, lo descienden abriendo el techo. Jesús, al ver la fe de ellos, primero perdona los pecados del paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados.” Algunos escribas murmuran acusándolo de blasfemia (“¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?”). Para demostrar su autoridad divina, Jesús añade: “Levántate, toma tu camilla y anda.” Ante todos, el paralítico se levanta completamente sano. La multitud glorifica a Dios impresionada. Este milagro confirma tanto el poder sanador como la potestad de Jesús para perdonar. (Pasajes paralelos: Marcos 2:1-12; Mateo 9:1-8; Lucas 5:17-26.)
o Llamada a Mateo – Tras estos hechos, Jesús pasa junto a la aduana de impuestos donde trabaja Mateo (Leví). Jesús lo mira y le dice: “Sígueme.” Mateo deja todo inmediatamente y sigue a Jesús, quien más tarde cena en casa de Mateo con publicanos y pecadores convertidos. Con Mateo (apóstol n.º 12), el círculo de discípulos cercanos se completa. (Evangelios: Marcos 2:13-17; Mateo 9:9-13.) Valtorta menciona esta llamada en Cafarnaúm, integrando a Mateo en el primer año de apostolado.
· Magdala y Tiberíades – El Hombre-Dios también introduce en este período la figura de María Magdalena. Relata que Jesús se encuentra con María de Magdala (posesa por siete demonios) cerca del lago de Gennesaret y la libera de su opresión; María, arrepentida, comienza un camino de conversión (aunque este proceso se detalla más en años posteriores de la obra). Asimismo, Jesús visita Tiberíades, ciudad capital de Herodes Antipas. Allí tiene influencia una discípula noble: Juana de Cusa, esposa del administrador de Herodes. Valtorta describe que Juana cae enferma y Jesús la cura, ganando también a esta mujer como seguidora fiel (Lc 8:2-3 confirma que Juana, sanada por Jesús, le servía con sus bienes). Estos eventos consolidan un grupo variado de discípulos: pescadores, publicanos, mujeres de la nobleza y gente sencilla, todos atraídos por la palabra y las obras de Jesús.
· Viaje al Norte (Decápolis y Fenicia) – Antes de la siguiente fiesta grande, Jesús decide una incursión por regiones al norte de Galilea. El Hombre-Dios lo sitúa viajando con algunos apóstoles hacia las zonas de la Decápolis (ciudades griegas al oriente del lago) e incluso hasta los confines de Fenicia (Líbano). Visita a pastores en las montañas del Líbano y les predica el amor de Dios, logrando conversiones incluso entre gentiles. (Esto recuerda los viajes evangélicos posteriores de Jesús por Tiro y Sidón en Mc 7:24-30, pero Valtorta lo adelanta en el tiempo). Durante este trayecto, llegan noticias tristes: fallece Alfeo, tío de Jesús (padre de Santiago y Judas Tadeo), que residía cerca de Nazaret; y también muere el pastor Jonás, víctima de persecución (ambos sucesos relatados en la obra). Jesús entonces emprende el retorno para consolar a su familia.
· Nazaret (muerte de Alfeo) – Jesús regresa brevemente a Nazaret por la muerte de su tío Alfeo. Con amor, consuela a sus primos (entre ellos Simón, hijo de Alfeo) y a su Madre en el duelo. Este episodio muestra la humanidad de Jesús atendiendo a su familia. Tras ello, y ante la incomprensión persistente de muchos en Nazaret, Jesús parte de Nazaret una vez más, ahora ya definitivamente volcado en su misión itinerante.
· Fiesta de los Tabernáculos (Jerusalén) – Al llegar el otoño (mes de Tishrei, ~septiembre), se celebra la gran Fiesta de los Tabernáculos. Jesús sube nuevamente a Jerusalén para esta festividad, cumpliendo: “Soy hijo de la Ley… no anulo la Ley”. Valtorta relata que Jesús viaja “por Jericó” camino a la fiesta, probablemente evitando Samaria. Durante los 7 días de Sucot, Jesús enseña en el Templo de Jerusalén. Aunque El Hombre-Dios no detalla estos sermones, podemos asociar que Jesús proclamó allí mensajes similares a Juan 7-8 (en el Evangelio de Juan, Jesús predica en medio de la fiesta de Tabernáculos). Muchos se maravillan de su doctrina, otros intentan prenderle sin éxito porque “todavía no ha llegado su hora” (Jn 7:30). Al término de la fiesta (Hoshana Rabba), Jesús anuncia: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba…” (Jn 7:37-38). Tras Tabernáculos, la obra indica que Jesús regresó a Betania, hospedándose de nuevo con su amigo Lázaro. (Fiesta mencionada: Tabernáculos (Sukkot), celebrada en Jerusalén; ver Juan 7:2,10. La obra la menciona explícitamente.)
· Banquete de José de Arimatea – Finalizada la fiesta de Sucot, Jesús es invitado a un banquete en casa de José de Arimatea (miembro del Sanedrín y discípulo secreto). El Hombre-Dios describe allí un notable encuentro con Gamaliel y Nicodemo. Gamaliel (famoso rabino) conversa respetuosamente con Jesús, quien le expone verdades del Reino. Nicodemo, presente también, continúa profundizando en las enseñanzas de Jesús (dando seguimiento a su primera entrevista). Aunque los Evangelios no narran tal banquete, sabemos que José de Arimatea y Nicodemo efectivamente llegarian a ser discípulos de Jesús (Jn 19:38-39). Este encuentro literario muestra cómo figuras prominentes de Jerusalén iban conociendo a Jesús durante ese año.
· Confrontación en el Templo – Poco después, ocurre un evento tenso en Jerusalén (relatado en la obra): Jesús sana milagrosamente a un niño rico que había sido arrollado por caballos dentro de la ciudad. Este milagro en día de reposo provoca la ira de los fariseos y sacerdotes del Templo, quienes reprochan a Jesús por “violar el sábado”. Jesús defiende su acción de misericordia, pero sus enemigos deciden expulsarlo violentamente del recinto sagrado. Este suceso ficticio guarda paralelo con el episodio bíblico de la curación del paralítico de Betesda en Jerusalén (Juan 5:1-16), tras la cual los judíos perseguían a Jesús por sanar en sábado. En El Hombre-Dios, tras ser expulsado del Templo, Jesús se retira al Monte de los Olivos (Getsemaní) con sus apóstoles para evitar una confrontación mayor.
· Coloquio con Nicodemo en Getsemaní – El Hombre-Dios sitúa aquí el famoso diálogo con Nicodemo (ya mencionado antes). Nicodemo se acerca de noche al campamento de Jesús en el jardín de Getsemaní. Jesús le explica pacientemente la necesidad de la fe, el misterio del Hijo enviado por amor, y probablemente reitera el mensaje del “nacer de lo alto”. Este diálogo en Valtorta refleja Juan 3:1-21, con Nicodemo cada vez más convencido. Los discípulos observan este encuentro como una “enseñanza viva” sobre cómo incluso un sabio de Israel busca la luz de Cristo.
· Oferta de Lázaro – Retiro en Agua Especiosa – Ante la hostilidad en Jerusalén, Lázaro de Betania ofrece a Jesús un lugar apartado y seguro en sus propiedades fuera de la ciudad. La obra narra que Lázaro pone a disposición de Jesús una casita en el llano de “Agua Especiosa”. Este sitio (llamado así en la versión española, posiblemente equivalente a la localidad de Efraín mencionada en Juan 11:54) se convierte en un retiro temporal para Jesús y los Doce. Jesús decide permanecer allí un tiempo, alejándose de la agitación de Jerusalén. Comienza así una vida casi monástica con sus discípulos: “comienzo de vida común en Agua Especiosa”. Jesús les imparte enseñanzas estructuradas (una especie de “Escuela de apóstoles”), repasando los Mandamientos y profundizando en la doctrina. El Hombre-Dios incluye largos discursos de Jesús en Agua Especiosa sobre los mandamientos (“Yo soy el Señor tu Dios”, “No matarás”, etc.) y menciona que Jesús mismo bautizaba a nuevos seguidores en esa región, al modo de Juan el Bautista. (Esto concuerda con Juan 3:22 y 4:1-2, que indican que Jesús pasó un tiempo bautizando junto con sus discípulos.)
· Fiesta de las Encenias (Dedicación) – Mientras Jesús reside en Agua Especiosa, llega diciembre. Se celebra en Judea la Fiesta de las Encenias, o Dedicación del Templo, conocida como Hanukkah (conmemoración de la purificación del Templo en tiempos de los Macabeos, fiesta de las Luces). El Hombre-Dios indica que Jesús no acude al Templo en esa ocasión, sino que conmemora la fiesta en la intimidad: “En la fiesta de las Encenias, en casa de Lázaro, se hace memoria del nacimiento de Jesús”. Curiosamente, la obra señala que el 25 de Kislev (inicio de Encenias) coincide con el aniversario del nacimiento de Jesús, y por ello María y los suyos celebran con lámparas encendidas (dando un bello simbolismo: la verdadera Luz está entre ellos). Jesús comparte esa noche en Betania con sus amigos, mientras en Jerusalén brillan las luminarias de Hanukkah. (Evangelio paralelo: Juan 10:22 menciona que Jesús anduvo en el Templo durante la fiesta de la Dedicación en invierno; Valtorta anticipa esta fiesta al primer año, celebrada en familia.)
· Últimas enseñanzas en Agua Especiosa – Después de la Dedicación, Jesús sabe que pronto deberá reanudar sus viajes. El Hombre-Dios narra un discurso de conclusión de Jesús en Agua Especiosa, “antes de la fiesta de la Purificación”. Les anuncia a sus discípulos que deberán dejar aquel refugio: la misión continúa en otros lugares. Durante este retiro, uno de los apóstoles (Andrés, según la obra) ha estado evangelizando discretamente a los aldeanos cercanos (“trabajo oculto de Andrés”) y logra buenos frutos. María Santísima envía una carta a Jesús animándolo. Finalmente, Jesús se despide de la pequeña comunidad local (incluyendo a Timoneo, el anciano jefe de sinagoga del lugar, quien decide hacerse discípulo). Jesús y los Doce dejan Agua Especiosa cuando se aproxima la “fiesta de la Purificación”.
· Fiesta de la Purificación – En la obra se menciona explícitamente la “fiesta de la Purificación” que está “a las puertas”. Esta fiesta corresponde probablemente a Purim (fiesta de las Suertes, celebrada a fines del invierno, un mes antes de Pascua) – dado el contexto cronológico – aunque el texto no lo detalla. Jesús exhorta a sus seguidores: “celebrad la fiesta de la Purificación con espíritu nuevo, y que la luz de Dios se encienda en vosotros”. Es decir, los invita a vivir esa celebración judía (que conmemora la liberación en tiempos de Ester) con el corazón renovado. (Nota: Purim es la última fiesta del calendario anual antes de cumplirse un año de ministerio.)
· Emaús (fin del primer año) – Tras dejar Agua Especiosa, Jesús emprende camino por los alrededores de Jerusalén sin entrar en la ciudad. El Hombre-Dios concluye el primer año de vida pública con Jesús en Emaús, una aldea cercana a Jerusalén. Allí Jesús visita la casa de Cleofás, quien era arquisinagogo (principal de la sinagoga) de Emaús y amigo de la familia de Jesús. Sucede un episodio de misericordia: Cleofás tiene un gravísimo problema familiar (un caso de incesto ocurrido entre sus parientes, según la obra), y está desconsolado. Jesús lo consuela, llevándole el perdón de Dios y orientándolo con sabiduría para resolver la situación. Tras llevar paz a esa casa, Jesús anuncia que deben partir nuevamente hacia Galilea. Con esto finaliza el “primer año” de la vida pública de Jesús en la obra de María Valtorta. Los apóstoles han pasado de ser unos pocos seguidores curiosos a un grupo sólido de discípulos íntimos; Jesús ha revelado su naturaleza con palabras y milagros, y tanto la adhesión popular como la oposición oficial han ido en aumento. Se cierra así un ciclo (desde aquella primera partida de Nazaret) y se abre el camino al segundo año de ministerio con nuevos viajes, que comenzará de nuevo en Galilea.
Fiestas judías mencionadas en el primer año (según El Hombre-Dios)
· Pascua (Pesaj) – Celebrada en Jerusalén durante la primavera. Jesús acudió con sus discípulos a la Pascua, donde purificó el Templo. (Jn 2:13-14; festividad obligatoria de peregrinación). Incluye la Fiesta de los Ácimos (Pan sin levadura) inmediatamente posterior.
· Pentecostés (Shavuot) – Fiesta de las Semanas, 50 días después de Pascua. Mencionada en la obra: “Pentecostés. Si estás en el Templo, me verás…”, sugiriendo la presencia de Jesús en el Templo durante esta fiesta de verano. (Jn 5:1, posible referencia; aunque no narrada directamente, se alude a ella.)
· Tabernáculos (Sukkot) – Fiesta de las Tiendas, en otoño. Jesús asiste en Jerusalén: “Voy a los Tabernáculos. Soy hijo de la Ley” – dice Jesús. La obra indica que tras la fiesta de los Tabernáculos Jesús regresó a Betania. (Jn 7:2-14, Jesús enseña en esta fiesta.)
· Encenias (Hanukkah o Fiesta de la Dedicación) – Fiesta invernal (25 de Kislev, diciembre) que conmemora la dedicación del Templo. Mencionada explícitamente: “En la fiesta de las Encenias, en casa de Lázaro, se hace memoria del nacimiento de Jesús”. Jesús celebra esta fiesta de las Luces en Betania junto a los suyos. (Jn 10:22, Jesús en la fiesta de la Dedicación.)
· Purificación (Purim) – Fiesta de Purim a finales de invierno (mes de Adar). Aludida como “fiesta de la Purificación” próxima: “está ya a las puertas”. Jesús concluye su predicación en Agua Especiosa antes de esta fiesta, pidiendo celebrarla con pureza de corazón. (Purim conmemora la liberación en tiempos de Ester; aunque el término “Purificación” no es habitual, la obra así la nombra.)
Referencias canónicas: Los acontecimientos narrados encuentran paralelo en los Evangelios: el bautismo en el Jordán (Mt 3:13-17), la llamada de los primeros discípulos (Jn 1:35-51), el milagro de Caná (Jn 2:1-11), la predicación en Galilea con milagros en Cafarnaúm – expulsión del demonio en la sinagoga y curaciones (Mc 1:21-34)–, la purificación del Templo en Pascua (Jn 2:13-17), la curación del leproso (Mc 1:40-45) y del paralítico (Mc 2:1-12), la vocación de Mateo (Mc 2:14), el rechazo en Nazaret (Lc 4:28-30), la asistencia a las fiestas de Tabernáculos (Jn 7) y Dedicación (Jn 10:22) en Jerusalén, etc. Valtorta amplía estos episodios con detalles y añade otros no recogidos en la Biblia (visitas a Belén, Hebrón, diálogos extensos, etc.), pero respetando la secuencia general: Galilea – Judea – Galilea – Jerusalén en las fiestas anuales, que marcan el ritmo de este primer año de ministerio público.
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